La sorpresiva muerte de Roberto Antonio Villegas trunca la carrera de alguien que estaba llamado a ocupar el espacio que habrán de dejar líderes que ya están en las postrimerías de sus carreras dando lástima, y de aquellos que decidieron dedicarse a sus familias.
Realmente, la carrera de “Robertín”, como gustaba que le dijeran, fue meteórica, pues del Comisariado de su ejido, Independencia, saltó a la candidatura de la Tesorería del Modulo de Riego al que pertenecía, el 3, para sucumbir en una apretada decisión ante Ramón Rodríguez Ochoa, por un solo voto.
Fueron dos ocasiones las que se contaron los sufragios por los representantes de los candidatos, y el resultado fue el mismo para el asombro de todos.
Esa elección era como la venganza de los Villegas, porque tres años antes Ramón había vencido holgadamente a Javier Villegas.
No se consumó la venganza, pero en cambio en la mente de Roberto había quedado grabado que en la siguiente elección buscaría la Presidencia.
Así fue, llegó el momento y Roberto buscó por todos los medios, acompañado del profesor Roberto Humberto Tiznado, la candidatura a la Presidencia, inclusive enfrentó internamente a su propio primo Javier Villegas, a quien después de dos o tres reuniones privadas lo eliminó.
Se midió a Carlos Torres Aguiar, quien fue traicionado en su propio ejido Lagunitas, para que el resultado le favoreciera con facilidad.
Ya como presidente del Módulo, empezó a tomar decisiones que dejaban ver la influencia de personas del grupo al que pertenecía, el Independencia, afectando a quienes podrían dañarlos en futuras decisiones.
Pero así como sacó esos acuerdos tendenciosos, también se le debe reconocer que sacó el que impedía el “chapulineo”, con lo cual el perdía la oportunidad de buscar la Tesorería. Igualmente, dejó en claro que el usuario podía hacer lo que quisiera con los sobrantes de agua que tuviera en el ciclo.
Un deseo eterno de los productores, sobre todo de los que se preocupaban por aplicar medidas tendientes a ahorrar agua.
En trámite dejo la formación de una para financiera en el Módulo.
A un año de que cumpliera su periodo en el Módulo, ya bromeaba con Javier Villegas, dueño del Fondo de Aseguramiento Agrícola Río Colorado, sugiriéndole el intercambio de presidencias.
Aunque se lo proponía de broma, en el fondo sí había algo serio, porque Javier ya lo tenía de suplente en la directiva para que lo sustituyera estatutariamente.
Roberto ya no podrá concretizar esa “broma”, pero Javier sí lo podrá intentar, solo que para ello tendrá que enfrentar a Oscar Enrique Zepeda, que además de llevarle mucha ventaja, jamás ha perdido una elección.
Pero en el fondo, Roberto tenía la intención de que los organismos de los campesinos fueran eficientes, que sirvieran a la gente, que cumplieran el objetivo para el que habían sido creados.
Solo que como humano, tenía sus errores, y uno de ellos era el dejarse influenciar por personas en las que confiaba.
Por ejemplo, constantemente mencionaba a sus opositores como los destructores de los Sectores de Producción que operaban en la década de los ochenta y principio de los noventa, pero en cambio no señalaba a quienes se apropiaron de empresas para beneficio personal.
A ellos, los disculpaba diciendo: “Estas personas no han quebrado ninguna empresa”.
Tal vez desconocía que el principal argumento que se utilizó para destituir a Porfirio Díaz, no fue la falta de obra, sino el tiempo que tenía en la Presidencia de México.
Ojalá que éstos que se adueñaron de la empresa honren la memoria de Roberto y den oportunidad de beneficiarse a otros campesinos que lo necesitan.
Así eran los deseos originales de “Robertín” cuando no eran empañados por quienes lo rodeaban.
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Ahora, el profesor Modesto Gutiérrez García, como nuevo presidente del Módulo, tendrá la difícil tarea de darle continuidad al proyecto que dejó pendiente Roberto.
Esta responsabilidad que no estaba en los planes del mentor, lo saca del juego del ya próximo proceso electoral del ejido Lagunitas, donde tiene las tierras que lo hacen productor y usuario, aunque su corazón siempre estará en la Independencia, donde se desempeñó como maestro de aula.
Descanse en paz Roberto, que también fue un ejemplo de esposo y padre.
Siempre se hizo acompañar de su pareja en los viajes a Hermosillo que mensualmente hacía a las reuniones del Comité Hidroagrícola donde ocupaba el cargo de Vocal Propietario.
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